Spinner
¿Cómo algo destinado a un efecto concreto puede causar en el prójimo justo
el efecto contrario?
A pesar de lo que muchos piensan, ser docente es algo más que transmitir
conocimientos. En un mismo curso escolar y dejando de un lado la preparación
de clases, elaboración de materiales, Formación Continua para no quedarse
atrás (camarón que se duerme, se lo lleva la corriente...), un docente
cualquiera, normalito, del montón, debe ser referente de su alumnado, erudito
en cualquiera de las materias (no solo de la que es especialista), psicólogo
(sin haber estudiado Psicología), orientador de padres, madres y alumn@s (sin
brújula ni curso tutelado por Planeta Calleja o el Coronel Tapioca), saber
transmitir además de saber escuchar y por último, tener más paciencia que el
santo Job para aguantar carros y carretas. A esto último me refiero en este
post. Estamos de enhorabuena los docentes por haber sido capaces de superar
durante todo un curso el desafío a las "Leyes básicas de las Física"
mediante el lanzamiento de botellas de agua intentando controlar su centro de
masa en un primer momento y del juguete antiestrés de moda, el Spinner,
que desestresa al que lo tiene en la mano, pero estresa al docente cuando tres
cuartas partes de su alumnado se dedica a hacerlo rotar entre sus dedos índice
y pulgar mientras explica la lección.
Tanto me ha gustado este juguete que no he podido resistirme a desestresarme
virtualmente haciéndolo girar sin parar.
Mediante este enlace a un applet del programa de geometría dinámica GeoGebra, puedes ver una demostración animada. Para ello, clica en la imagen que se
encuentra justo encima de estas líneas.