Matemáticas de ayer y de hoy: Emmy Noether (1882-1935)
Amalie Emmy Noether (1882-1935) fue una matemática alemana de origen judío, reconocida por sus contribuciones fundamentales en los campos de la Física Teórica. Es considerada la madre del Álgebra Abstracta por sus contribuciones a la teoría de anillos, cuerpos y álgebras, siendo pionera en el estudio de álgebras no conmutativas.
Su padre, Max Noether, también fue un destacado matemático, catedrático de Matemáticas de la Universidad de Erlangen y reconocido por su aportación a la Geometría Algebraica. Fue la mayor de cuatro hermanos de una familia que tuvo 10 matemáticos en tres generaciones, pero a pesar de ello, de niña, no mostró un interés particular por las matemáticas. A pesar de que se crió en un ambiente de erudición científica, se le enseñó a cocinar y limpiar al igual que la mayoría de las niñas de la época.
Aunque inicialmente, en 1900, se matriculó en la universidad para estudiar lenguas modernas, cambió a matemáticas sin una razón aparente. En 1903, se especializó en Matemáticas en la Universidad de Gotinga. Su padre, amigo personal de Felix Klein, intercedió para que pudiera asistir como oyente no matriculada, porque a las mujeres no les estaba permitido acudir a las clases como estudiantes. En 1904 le permitieron matricularse en Erlangen, donde en una clase de cientos de hombres solo eran dos mujeres. En 1907, tres años después, obtuvo un doctorado con mención summa cum laude con un célebre trabajo sobre los invariantes algebraicos.
En 1908 fue elegida miembro del círculo Matemático de Palermo. En 1909 llegó a ser miembro de Dents the Mathematiker Vereiningung. En 1915, David Hilbert y Felix Klein la invitaron a unirse al departamento de matemáticas de la Universidad de Gotinga, donde trabajó sin salario durante varios años debido a la oposición a que una mujer ocupara un puesto académico. Allí desarrolló su famoso teorema, el Teorema de Noether, que establece una conexión fundamental entre las simetrías en la Física y las leyes de conservación.
En 1932 recibió el Premio Ackermann-Teubner Memorial Award for the Promotion of Mathematical Sciences junto con Emil Artin. En 1933, debido a su origen judío y a la persecución nazi, Noether emigró a los Estados Unidos, donde dio clases en Pensilvania. Allí continuó su trabajo y enseñó hasta su muerte.
Gracias a la mediación de Albert Einstein, en 1934 firmó un contrato para impartir ocho horas de clase semanales en Princeton. Su trabajo en la teoría de las invariantes fue utilizado por Albert Einstein en la formulación de algunos de sus conceptos relativistas. Durante los casi treinta años que estuvo dedicada a la enseñanza y a la investigación jamás recibió un salario digno. En 1935 fue ingresada en el hospital para extirparse un tumor uterino. Aunque la operación fue un éxito, a los pocos días falleció en el hospital de una embolia.
A pesar de las dificultades que enfrentó como mujer en un campo dominado por hombres, logró establecerse como una de las matemáticas más influyentes del siglo XX, siendo considerada por Albert Einstein y David Hilbert como una de las mentes más brillantes en la historia de las matemáticas. Su perseverancia y dedicación son un ejemplo inspirador para las mujeres en la ciencia. A lo largo de su carrera, publicó unos 45 artículos y fue mentora de numerosos estudiantes que más tarde se convirtieron en matemáticos destacados.
Aunque en vida no recibió el reconocimiento que merecía, hoy en día es celebrada como una de las matemáticas más importantes de la historia. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de matemáticos y científicas. En su honor, se han nombrado calles, cráteres lunares y asteroides, se celebran conferencias y se otorgan becas con su nombre.